¿De qué hablamos cuando hablamos de creatividad en KIBO?

Nuestra misión es democratizar la creatividad. Que todos podamos ser capaces de utilizar nuestras habilidades creativas en nuestro beneficio y el de la sociedad.

Pero como es un concepto etéreo, te quiero explicar: ¿de qué hablamos cuando hablamos de creatividad?

De la capacidad de crear.

Sí, así de sencillo. Te preguntarás: entonces, ¿por qué parece tan difícil?

Si miras en tu día a día, verás que es muy probable que sigas recetas: la receta de tu abuela para el bizcocho, la receta de tu padre para arreglar cortocircuitos. La receta en el trabajo para hacer lo que hagas.

La vida diaria nos come, sin tiempo vamos como autómatas, nos mete en un camino dirigido a todos y romperlo es complicado.

Pero la propia vida a veces te sacude, te obliga a re-inventarte. ¡¡BOOM!! Aquí te das cuenta que llega el momento de ser creativa-o y empezar a crear.

¡Vaya, pero si eso lo hemos perdido! – Pensarás.

Ese momento “re-inventarse” va a ser una constante en la vida de los niños. El mundo cambia rápido y cada vez más, será una necesidad, ser capaz de inventar, crear y transformar tu profesión.

Piénsalo, a los niños se les paga clases de inglés, porque las madres y padres sufren no hablarlo y creen que eso es bueno para el futuro de los niños.
Yo, personalmente creo que dentro de 25 años, habrá dispositivos tecnológicos que irán unidos a tu móvil, reloj, gafas o lo que sea, que traduzca a un nivel excelente las conversaciones en tiempo real.
En el futuro, hablar idiomas no será tan necesario y tampoco será la puerta para buenos puestos de trabajo. (Siendo yo una fan de los idiomas)

Entonces Beatriz, ¿Por qué nos hablas tanto de la creatividad infantil?

Porque no se entiende el valor y la importancia que tiene. Se confunde con manualidades o lo artístico.

Las madres y padres intentan darle a sus hijos las herramientas que creen importantes para el futuro: idiomas, robótica, programación. Pero se olvidan de la capacidad de crear nuevas soluciones ante retos de la vida, de tener actitud, de que si fracasas, te levantas y vuelves a ponerte las pilas.

Me encuentro habitualmente con estas creencias erróneas:

  • “Mi hija es muy creativa, pinta y dibuja muy bien”. Bueno, a lo mejor se le da bien lo artístico, pero puede que copie todo y no sea creativa.
  • “Mi hijo odia dibujar”… ¿pero inventar?, ¿crear un robot, inventarse una máquina de hacer croquetas o un nuevo instrumento musical???

¡Cuidado! No limites a una niña o niño que no se le de bien lo “artístico” con la etiqueta de “No creativo”. Puede que lo sea y mucho, muchísimo. Además puede inventar con plastilina, objetos de reciclaje, con clips, con arena, con barro, arcilla, escribiéndolo, fichas de lego y un largo etc.

La creatividad no valora dibujar o pintar bien, valora encontrar buenas soluciones a los problemas.

– Entonces Beatriz, ¿qué me recomiendas para mi hija-o?

Te lo explicaré de otra forma, mirándolo desde otro contexto.

¿Qué te gustaría que fuera capaz de hacer tu hija o hijo, cuando a los 38/45/52 años se quede sin trabajo?

Mi objetivo es que esa persona adulta sepa salir adelante. Encontrar soluciones, no tener miedo a crear algo nuevo, a crearse su propia profesión. Que sepa extraer nuevas oportunidades del entorno y el momento en el que se encuentre.

En definitiva, que tenga herramientas para saber tirar hacia delante.

Y eso, se consigue siendo creativa-o.

Esa es la razón por la que creé los juegos de inventos. Porque es la forma más divertida, de practicar habilidades creativas reales (no artísticas). Cada juego contiene muchos inventos, así pueden escoger y trabajar una amplia gama de habilidades.

La niña o niño no se entera, simplemente crea, se divierte y se motiva. Pero detrás está haciendo un trabajo de conectar objetos, transformarlos, concretar ideas en forma de robot o de máquinas, encontrar soluciones para problemas que tenga la superheroína, el robot o la marciana.

Las habilidades implícitas que van en los juegos, las trabajo a diario en empresas donde las personas necesitan volver a ser creativas. Tenemos que ser conscientes que la era de la producción se fue a Asia, aquí tenemos que innovar.

Es más fácil que una niña o niño conserve su creatividad, que reactivarla en un adulto.

Por desgracia, todas esas habilidades creativas no se practican en matemáticas, en lengua, en clase de medio, en clase de música, en robótica, ni en educación física.

De esto es de lo que hablamos en KIBO, cuando hablamos de creatividad.

Un saludo,
Beatriz

Gracias por compartilo en tus redes y dar alas a la creatividad.

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Sobre el Autor: Beatriz Sigüenza

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